Qué difícil es hacer reír
Qué difícil es hacer reír - Taxi!
ROBERTO RIVERA | CRÍTICA DE TEATRO
Coincide la tropa de butaca. Lo reafirman actores de alta alcurnia y trayectoria impoluta. Más allá de la tragedia, por compleja que resulte de llevar a escena. ¡Qué difícil es hacer reír! Mucho más hacerlo desde la retaguardia, sin recompensa ni reconocimiento explícito... porque sí.
Partiendo de ese planteamiento, ¿cómo no reconocer el mérito que, por encima de perspectivas más puristas, acumula la apuesta de Almadía Teatro con el 'Taxi' de Ray Cooney? ¿Cómo no efectuar una valoración global que sublime las carencias y se centre en el efecto que su montaje acaba teniendo en la platea?
A Óscar Orzáiz tocó en suerte disfrutar de un texto apetecible, resultón, pero difícil de llevar a escena por la necesidad de aquilatar en un mismo espacio escénico dos vidas simultáneas absolutamente incompatibles, de desarrollar la trama con celeridad y vértigo para no perder el ritmo y acentuar de esa manera la hilaridad que genera la fusión de dos mundos a través de un personaje sometido por las circunstancias que él creía dominar.
Pero, por curioso que resulte de creer, por encima del nivel de interpretación de un elenco que se mueve con relativa solvencia sobre las tablas, en el trabajo de equipo (el que con mayor facilidad percibe el respetable) es donde reside el principal patrimonio de la formación navarra, encargada de inaugurar la fase competitiva de la Muestra de Teatro Aficionado Garnacha de Rioja.
Teatro de enredo, de complicidad con el público, de situaciones absurdas, de desenlace imprevisible. El texto al que se enfrentaron Fernando Eugui, Ángel García, Alejandro Alonso, Raquel Aldaz, Carol Vázquez y Marcos Almagro constituye para un grupo amateur que se lía a diario con las obligaciones de la calle, todo un reto. Pero lo cierto es que se trata de un reto superado. Con buena nota. Con imagen compacta, a su nivel. Especialmente para un público que huye de la tragedia y la confusión generada por la crisis, y busca el oxígeno de quien sabe hacer reír. Que no es fácil.
